lunes, 11 de abril de 2016

polvo




Me gustaría poner flores sobre tu cuerpo.
Flores blancas en tu boca.
Flores lilas en tus ojos.
Enterrad los latidos que han dejado de querer.


Callado y ciego
te confieso que vivo enamorada de un golpe.
El suelo me espera
Me vuelves polvo.


Tengo cinco lunas en el pecho
y una cruz en tu nombre.
No hay casa.
No hay carretera.

No había nada
y lo hemos perdido todo.


Me quiso y le quise.
No es ansiedad.
Es pánico.


Buscábamos aire
pero había polvo,
en la cama,
en las manos frías
en la voz.

Buscábamos aire.


Me gustaría poner flores sobre tu cuerpo,
y el último aliento de tu nombre
en la piedra con la que tropiezas.




L. Peiró






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